jueves, 17 de julio de 2014

En plena etapa post depre, me encuentro sin mi Marcel para las siguientes 4 semanas, entrando en forma al verano, ni la lluvia para, sin temporadas nuevas de series buenas que seguir, y mi literatura ya sobrepasó los ensayos de psicología del amor y superación personal; me recomiendan un curioso libro que habla de tantra y chakras, profundiza en temas de energías, auto placer y orgasmos de colores, así es, ¿existen los orgasmos de colores? <fue mi segunda pregunta>.  Mi primera pregunta a mi amiga quien me lo recomendó, fue si necesito una limpia de chakras, por que su recomendación vino de la mano de una investigación exhaustiva que hizo para sugerirme una limpia de mis chakras.      No soy conocedora del tema y no creo convertirme en una fan <llevo 5 años intentando volverme devota a la Kabala> pero me pone a pensar que me sorprende como una persona con amplia consciencia de la realidad, recurre a temas relacionados con las creencias sociales sin lógica científica para ayudar a resolver una ecuación sentimental (amor).   Admiro y agradezco enormemente el apoyo que me ha dado mi amiga, y admiro más aun su interés en buscar alternativas para estructurar una respuesta que ayude a minimizar el impacto que evidentemente reflejamos cuando estamos atravesando ese túnel negro.     Curiosamente a esta amiga, me la invité hace unos pocos meses a la Condonería de la estrenada calle Regina, a un curso de Sexología para mujeres, que después de haber conocido los temas a tratar en los primeros 5 minutos de iniciado, lo auto nombré "Curso para quererse a una misma".    Partiendo de una visual explicación para localizar y saber nombrar cada parte a tratar, nos llevaron de la mano para identificar en una larga lista los tipos de orgasmo, donde inicia cada uno y lo más importante: como llegar a el. Este detallado curso estuvo enriquecido con la participación de algunas de las asistentes quienes aportaban sus experiencias personales para identificar el tipo de experiencia a la que llegaron, porque si bien puse atención, la mayoría de las asistentes no habían llegado a experimentar ni la mitad de la larga lista mostrada.    Evidentemente mi amiga y yo nos quedamos en el papel de fervientes oyentes de cada historia, y sin poder evitar analizar en nuestras cabecitas algunas de las experiencias que hemos tenido.
Con el reloj en mano pendiente del tiempo de cierre de los capitalizados estacionamientos públicos que cobrar por minuto, nos vimos obligadas a salir cuando comenzaba la tercera parte, y para mi gusto la más interesante: autoplacer!    
Esa misma amiga, coherente en todo lo que dice, apegada a la lógica comprobable, y que no hubiera pensado que llegaría a pedirle que me acompañara a este curso que le justifiqué como "investigación personal", es quien ahora me maravilla hablándome de chakras.